martes, febrero 10, 2009

Yo tampoco lo haría


Nunca fui demasiado querido por mi carácter. Tampoco lo pretendo. Si bien, nunca me faltaron amigos ni gente alrededor. Lo cual no quiere decir que estuviese acompañado, o al menos que me sintiese acompañado.
Muchas veces he tenido mucha gente alrededor, pero me he sentido solo. Hoy me siento sólo.
Mi carácter es fuerte, duro, agrio. Y eso no gusta. Mi carácter es de esos que poca gente soporta, que poca gente entiende, pero esa poca gente es el motor que me hace vivir. Esa poca gente es aquella en la que descargo todos mis repetos, que merece toda mi atención, y toda mi vida, si fuese necesario. Esa gente que sabe entenderme, que saber comprenderme, y aun así me acepta y me quiere, esa gente lo merece todo. Esa gente que sabe que soy un ser muy imperfecto, lleno de defectos, pero con algunas virtudes y sobre todo algunos valores.
Hace poco hablaba con un conocido de que hoy en día no se aprecian los valores. ¿Qué fue de la amistad? Lo más grande y preciado de esta vida, y no vale nada... La amistad es dura, pero producente, merece la pena. La amistad te ayuda a crecer y a ser mejor persona. La amistad te reprende cuando es necesario, y te alaba cuando es el momento.
Un amigo mío me ha recordado últimamente una frase que ya conocía y que hace tiempo que forma parte de mi "Cuaderno de frases", y es que "No necesito amigos que cambien cuando yo cambio, y asientan cuando yo asiento. Mi sombra lo hace mucho mejor."

Entiendo a esa gente que no me quiere, que no me comprende, que no acepta mi carácter. Y no les guardo rencor. A veces, me miro, y yo tampoco me querría.


Javier Velilla

lunes, febrero 09, 2009

Todo o nada


Tengo un sueño. "I have a dream" Pero no, no soy Luther King. Sólo soy un paleto solitario con una ilusión. Con una obsesión.
Sólo una idea imaginada, una realidad sin fundamento, una ilusión ilusionante, o un nada, si usted prefiere puede llamarle nada.
Deseo ese nada con esperanza, con impaciencia. Espero una señal a cada momento. Un mensaje que diga que ese nada es algo, o al menos que puede llegar a serlo.
¿Cómo puede alguien esforzarse en llegar a conseguir un nada? Sinceramente pienso que lo hago porque me resulta difícil alcanzarlo. Como difíciles me resultaron otros muchos nadas. Algunos fueron algo, otros se quedaron en nada, y uno, llego a ser todo.
Este nada es lo más parecido al todo. Parece extraño pero es así. No es una contradicción, es sólo una diferencia temporal. De hecho, es el nada más parecido al todo que he visto nunca.
Pura ficción. Un guión a base de sueños despiertos y sueños dormidos. Sueños empapados en alcohol y sueños regados de excitado sudor. Los sueños, al fin y al cabo son nada, mientras la realidad es todo.
Tu eres todo ahora mismo, pero quizá mañana no seas nada. Y mi sueño, que es nada, quizá mañana sea todo.
Javier Velilla