martes, marzo 31, 2009

Cosas mías


No sé si existe la perfección o no, tampoco me importa demasiado. Tampoco me interesa que lo intentes o que lo pretendas parecer. Cada uno es como es y mientras nadie diga lo contrario, todavía te faltan gestos para que tu estatus pierda puntos y descienda de lo más alto.
Y puedes estar tranquila pues tienes puntos extra de sobra, se podría decir que un buen colchón. Esa sonrisa, esa madurez y ese saber cumplir una palabra dada, son muestras inequívocas de que no ando desencaminado.
Y aunque tengas todos esos puntos no eres perfecta, no eres la novia perfecta como dicen por ahí, o eso dices tú. Y te pido que no lo seas, porque sería aburrido y yo sería egoista. O quizá yo sea un egoista pidiéndote que le aburras, no lo sé.
Me siento inseguro, indeciso, embobado. Me siento como si nuestras edades se hubiesen intercambiado.
Supongo que de primeras has cruzado un umbral, un filtro que poca gente supera. Y soy de primeras impresiones. Y además de serlo, me creo eso de que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. Tiene buena pinta, pero no es fácil.
Me gustaría poder desafiar a la realidad y reirme de ella, buscaría un momento de perfección pasajera que te confirmase en el podio. Buscaría convertirte en una estrella importante en el firmamento, pero aunque parece que el cielo esta cerca de nosotros, está muy lejos. Sólo la encargada tiene la cuerda que me lo ponga, al menos una vez, al alcance de la mano.
El resto, es cosa mía.

Javier Velilla

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