domingo, enero 28, 2007

Los tres cerditos

Seguramente habéis oido mil veces el cuento de los tres cerditos pero lo más probable es que nunca hayáis pensado en su verdadero significado.

Podéis dejar de leer si queréis seguir pensando que se trata de una historia para niños pero si os atrevéis a escuchar la versión de aquellos que más saben del inconsciente os invito a conocer la esencia de nuestra vida.

Cada cerdito refleja el modo en que las personas construimos nuestro autoconcepto, es decir, nuestro yo, nuestra autoestima, nuestros valores, nuestros miedos, nuestra forma de ser y afrontar la vida...

El cerdito que construye la casita de paja por pereza representa aquellos con un autoconcepto débil, cargado de miedos,con escasos recursos para ser feliz. Tiene un "yo" que cuando aparece el lobo, que representa las adversidades del entorno y las que nosotros mismos nos generamos, no le hace falta soplar mucho para destruirlo y hacer que el cerdito tenga que vivir bajo las ruinas, la oscuridad, la tristeza, la ignorancia...

El cerdito que construye la casa de madera, representa a los que aunque luchan por ser fuertes y felices en su vida, no han empleado suficiente tiempo a sí mismos y no se cuidan como debieran hacerlo. Cuando el lobo sopla fuerte la casa se tambalea y uno termina por no confiar en si mismo porque sabe que lo más probable es que se caiga y termine como su hermanito sumido en la oscuridad, pero con una diferencia, los cimientos podrán permitir que se construya de nuevo la casita, nuestro autoconcepto, pero solo será posible si contamos con agallas para comenzar de nuevo confiando en lo que valemos y las cosas positivas que tenemos.

Por último, el cerdito que todos debereríamos aspirar a ser, aquel que emplea tiempo y esfuerzo en ser él mismo, en amar lo que es, en proyectar una imagen fuerte de sí mismo, en ser auténtico en su estilo de vida... Cuando el lobo sopla sus esfuerzos son en vano, no tirará la casita porque está sobre buenos cimientos y porque es el resultado de un esfuerzo personal, de la lucha por el crecimiento, de la autorrealizción, de la confianza en uno mismo, en definitiva de la FELICIDAD.

No nacemos con una casa u otra, a lo largo de nuestra vida nos dan materiales y nos enseñan métodos para conseguirlos nosotros mismos. Tampoco es cierto que estemos condicionados por los materiales que nos den, lo único que nos condiciona realmente somos nosotros mismos, nuestros deseos, nuestras aspiraciones.

No he conocido a nadie que directamente tenga la casa de ladrillo, lo bonito es que partamos de la construcción que sea podamos pararnos en nuestra ajetreada vida y plantearnos qué queremos ser realmente y dediquemos un esfuerzo para y por nosotros. Os invito a que os plantéis de qué está hecha vuestra casa, de qué os gustaría que estuviese hecha, quién queréis que entre, y cómo reaccionaréis cuando venga el lobo feroz.

Tratad de construir una casita de ladrillo, una casita que sea diferente a la de cualquier persona, que sea vuestra esencia, aquello que os diferencie del resto

Que el miedo que os den los lobos de la vida no os paralice para seguir luchando en lo que creeis y a lo que queréis llegar, que los soplos aunque os tambalén solo sirvan para confirmar vuestra fortaleza y para poner los pies en la tierra conociendo vuestras debilidades, y sobre todo luchar por ser FELICES.

Esto se lo dedico a todos aquellos que reducen el comportamiento del ser humano a estímulos-organismo-respuesta, aquellos que viven en la falsa ilusión de que todos somos iguales y nunca dedican un tiempo a mirar lo que puede haber dentro de cada uno.

GRACIAS CRIS

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