Unos que vuelven... y otros que volverán!

Unos que vuelven...

¡Y volvió! Por la puerta grande. Volvió tras demasiado tiempo de ausencia. Y volvió para quedarse, porque ese es su terreno. Ahí es donde debe manejarse un club cuya afición si es de Champions. Ahí es donde debe establecerse por mucho tiempo un club cuyo sentimiento es el alma que gana cada partido.

La camiseta ya está donde merece. Donde todos los atléticos la querían ver. Con los grandes, con los más grandes. En ese olimpo reservado únicamente a los que buscan la gloria. En esa competición donde el mero hecho de escuchar el himno te pone la piel de gallina.

Ahora, las franjas rojiblancas campearan por los mejores estadios del viejo continente, elevando a la máxima potencia el orgullo de todos los atleticos.

Es el premio a una afición, BENDITA AFICIÓN, que ha estado ahí siempre, sobre todo en los malos momentos, alentando sin parar a un escudo, a un club, a una camiseta...

Esto ya no es un sueño, y si lo es, que acabe lo más tarde posible....

Forza Atleti!!

(Para toda mi gente Atletica, especialmente para tí)

Y otros que volverán!!

No se pudo hacer más. La temporada pasada La Romareda demostró lo importante de una afición. Rugió con más fuerza que nunca cuando peor iban las cosas. Nunca cedió en su empeño, y cuando la gargante dijo "basta", cantó con el corazón.

Lo dió todo, TODO. Fue una sola voz, un sólo rugir de ánimo, de fuerza, de aliento. Todos se contagiaron de ese poder, de esa magia, de ese sentimiento.

El mismo que nos puso la carne de gallina en cada celebración. Aquel que nos hacía llorar de impotencia, de rabia o de emoción. Ese que nos hacia sentirnos orgullosos de ser de este equipo. El sentimiento que empujó hasta que Ayala metió aquel gol. También aquel que hizo viajar más que nunca a la afición, animando hasta la muerte al equipo, sin importar la situación o el resultado. Ese sentimiento que te permite cantar con lágrimas en los ojos tras ver el trágico desenlac.

¡Volveremos! Porque nos guardan el sitio, que es nuestro. Porque nunca debimos irnos. Porque la afición lo merece. Porque el escudo está por encima de los jugadores. Porque sabemos sufrir y venceremos al destino. Porque ZARAGOZA NO SE RINDE. Porque nada, ni nadie podrá quitarnos nunca la ilusión.

¡Volveremos! ¡Volveremos pronto!

Porque no hay nada tan grande como ser Zaragocista.....

Javier Velilla