lunes, marzo 17, 2008

Vocación, alegría, respeto


Estas prácticas me han servido para distinguir dos clases de profesores. Aquellos que aman su profesión y aquellos a los que los niños ya les cansan y no les motivan.
Por suerte, con quien me ha tocado compartir la mayor parte de estas prácticas ha sido una gran profesora y un gran ejemplo para mí. Siempre ha tenido una sonrisa que regalar, un buen gesto, una buena cara. En todo momento trataba a los niños con educación, con cariño, con alegría. Creo que para ser maestro es necesario tener esa mentalidad, contagiar esa alegría, esa positividad… Tratar de entenderles, de comprender el mundo en el que viven, de lo que piensa su cabeza, de que tienen que ser rebeldes, que necesitan llamar la atención, que cada uno es de su madre y de su padre, que cada uno tiene sus peculiaridades familiares…
Sin embargo, he podido ver la otra cara de la moneda. Ese tipo de profesor, profesora en este caso, que no disfruta de su trabajo, que no trata a los niños con cariño, ni con educación, sino que los usan casi de marionetas. Probablemente este tipo de profesores esté ya cansado de una larga carrera como maestro, aguantando a mocosos impertinentes y malcriados a los que ha tenido que soportar día tras día. Y en parte puedo llegar a entenderlo. Puedo llegar a entenderlo para alguien que no ama a los niños, que no vive por ellos, que no ríe con sus tonterías, ni se siente niño cuando está con ellos. Para alguien que está obligado a verlos constantemente, a soportarlos en contra de su voluntad, pero soy incapaz de comprenderlo en alguien que ha elegido este mundo para vivir, para trabajar.
Me da mucha rabia ver este tipo de comportamientos y de actitudes con esos pobres niños que dejan de serlo, convirtiéndose en títeres de una profesora que los militariza. Me da mucha rabia ver esas caras de poca diversión, y esos gestos de escasa sonrisa acostumbrados a estirones de bata, gritos y amenazas, castigos y lloros.
Pese a esto, hablando de este tema con algunos padres del colegio, se le justificaba y me decían que eso lo decía porque acababa de empezar, pero que cuando tuviese 30 años a mis espaldas en un colegio, que acabaría por ser así.
Afortunadamente he elegido esta profesión libremente, y con plena confianza en que es mi mundo, porque lo afronto con alegría, con convicción, con futuro y con interés. Por eso, espero que nunca jamás llegue ese día en el que pierda la ilusión y el respeto, la alegría y el amor a los niños.

Javier Velilla

3 comentarios:

Unknown dijo...

Nunca jamás la perderás porque compartir tu tiempo con ellos será como estar de verdad en Nunca Jamás ;)
Besitos!!

Anónimo dijo...

Javi decirte que la profesión de maestro es totalmente una profesión vocacional. Si no tienes eso dentro de tu sangre nunca podrás ser buen profesor.

Un saludo

Dani de Zgz

Anónimo dijo...

Se aprende a llorar a través de sus lágrimas, te contagian la risa cuando rompen sus carcajadas , te encanta ser tú quien les descubres el mundo y el por qué de las cosas...

sufres cuando notas que a uno se le ha puesto la carita de fiebre, te preguntas el fin de semana que tal estará, si se habrá curado, si no... vas a la playa en verano, y estás deseando encontrarte a cualquiera de tus alumnos para hacer juntos un castillito, tienes una tortuga y se la llevas una vez por mes a clase para que la conozcan, te traen fotos de sus abuelos, de su perro, de su piscina en verano, te hacen dibujos, te regalan sus pulseras...

y lo mejor de todo, después de años de haberles dado clase todavía te escriben cartas y te recuerdan cosas y situaciones que tú ya habías olvidado, porque tú para ellos siempre serás su profesor...

por las mañanas te levantas con ganas de sumergirte en su mundo, y el día que vas con pereza a trabajar, a los cinco minutos ya se te ha olvidado de tu holgazanería, porque en el mundo de los niños no existe el cansancio...algunos dicen que ellos nos roban la energía, por eso terminamos la jornada tan cansados... en mi opinión los que les usurpamos la energía a ellos somos nosotros...y si no? por qué me descubro cientos de veces ilusionandome como una niña con los dibujos animados o yendo directa a la sección de niños en las librerías o entreteniendo a los peques en todos los sitios que son de "adultos"?

Terminas el año cansado, pero si eres de los míos... alrededor del 15 de agosto te va entrando la morriña de volver y el día que empieza el cole, TODOS LOS AÑOS, no puedo dormir!!!!!!!!! cuando veo ese desfile de carteras por la mañana que van directos al cole, me ilusiono como si fuera el mío ese primer día...

La ilusión?? mi primer juguete fue una pizarra...todavía la conservo... y te aseguro que cada mañana cuando entro en clase y huelo a tiza y a goma de borrar, me pongo la bata con una sonrisa en la cara y pienso "mírate!!!Al final lo conseguiste!!!", voy a por mi sexto año de maestra y el último día que fui a trabajar este año se me cayeron más de un par de lágrimas.. porque de verdad...le tengo cariño hasta a la valla verde que cierra el patio de "Mi cole" :)

ojalá te sientas como yo siempre...

un bsito de maestra, mua!!!!!!!