Orgulloso de teneros

Son tiempos revueltos, tiempos de ajetreo, de aquí p´allá, de trabajo pero de vacaciones, de grandes comilonas y enormes lamentos, de supuesta abstinencia pero de lujosos derroches, son tiempos sin sentido, o con sentido, no lo sé.
Son muchos temas de los que debería hablar y pocas ideas las que fluyen hasta mi mente.
Una puede ser un sueño. Si me fío de Calderón confiaré en que la vida es sueño y los sueños, sueños son . Y es que soñé que volvíamos a lo mismo, que querías olvidarme de nuevo. Que no querías hablar ni siquiera para despedirte, para decir adiós. Soñé que eras cobarde, que me lo tuvieron que decir, y que me querías hacer sufrir, sólo por verme sufrir. Y desperté y volví a la realidad, y confié en que el sueño, sueño fue, sin más.
Y volví a la realidad de los amigos. La realidad de esas estrellas que no siempre se puden comtemplar, pero que sabes que siguen brillando y que siempre están ahí dispuestos a regalarte su brillo incondicionalmente. Y sólo deseo corresponder la mitad de lo que ellos lo hacen, porque sé que sólo la mitad es tanto, que sería suficiente, porque hacerlo como ellos lo hacen, como vosotros lo haceis, es casi imposible.
"k sepas que eres muy importante en mi vida!"
"eres unico y estas pekeñas cosas son las q te acen grande"
"AMIGO. aunk n ns veamos mucho kiero q sepas q stoy aki pa lo ke kieras tenlo claro xq amigos de toa la vida ay muy pocos y t eres MI AMIGO"
"El mejor adorno de esta navidad es tu sonrisa"
"qnunca se acabe la amistad"
Me haceis sentirme importante, y me haceis confiar en mí porque sé que siempre estareis ahí. Porque sé que aunque todo lo demás pase o se acabe, vosotros los buenos, LOS AMIGOS, perdurareis por siempre y para siempre. Estoy muy orgulloso de vosotros. Os quiero.

Si más, os deseo a todos los lectores, asiduos o provisionales una Feliz Navidad, y un próspero año 2008, que lo vivais como yo, rodeados de gente maravillosa, gente que os quiera, os mime, y os haga sentir importantes, para que crezcais como personas y disfruteis de cada segundo de vida.



Javi Velilla