Copenhague: Dia Relax y Malmö

El día 2 comenzó siendo un día tranquilo. Y de hecho lo fue. Por la mañana, tras levantarnos ( yo pronto, porque aquí no hay persianas y entra mucho la luz, y yo así como que no duermo mucho...) fuimos a por la bici de David, que la tenía arreglando. Una vez que teníamos ya ambas bicis, pudimos movernos más fácilmente. Poco a poco me voy acostumbrando a los carriles bici, y a la manera de moverse por aquí, y la verdad, me gusta.

Los estudiantes Erasmus tienen la oportunidad de viajar a ciudades más o menos cercanas con otra gente de Erasmus. Bien, pues este finde tocaba a Berlin, y mucha gente se ha ido. También varios españoles, así que estamos un poco en cuadro. Fuimos a despedirles al bus el viernes al mediodía. Después quedamos con Emilio, el otro chico español de la residencia, y fuimos a dar una vuelta y a hacer unos encargos. Comimos cerca de un centro comercial.

Por la tarde, relax. La verdad que no hicimos mucho, pero cayeron muchas risas.

Para cenar, organizaron una cenita española a base de crêpes, y tambien nos reímos bastante. Unas cervezuelas, y unas risas antes de ir a dormir, mientras la gente se iba despidiendo poco a poco.

El día 3 prometía bastante más. Y cumplió con creces las expectativas.

Quedamos a las 10h. cinco intrépidos españolitos para viajar a la ciudad de Malmö (Suecia). Es una ciudad del sur del país de las suecas. Cogimos un tren que nos llevó hasta nuestro destino por 127 coronas danesas (ida y vuelta). Hay que recordar que Copenhague es una islita y que el puente que lo une es el mayor puente combinado de Europa, la verdad que es una pasada.

Llegamos a Malmö sobre las 11 de la mañana. Una mañana gris que hacía presagiar el tipo de día que ibamos a presenciar. En la estación central de Malmö pedimos un poco de información a un tendero entrado en años y prototipo de varón sueco, que se extendió con nosotros y realmente nos dijo que debíamos ver y a donde debíamos ir. Dicho y hecho. Seguimos la ruta que nos recomendó nuestro amigo sueco y justo al empezarla, vimos un montón de policia "POLIS".

Preguntamos y nos dijeron que estaba el Rey de Suecia. Decidimos esperar un ratillo y al poco salió Su Majestad (jaja) y simplemente cruzó de un edificio a otro. Ya podemos decir quehemos visto al Rey de los suecos. Y además podemos decir con orgullo que arrancamos los aplausos de los suecos que son un poco sosetes.

Seguimos nuestro recorrido y fuimos haciendonos fotitos graciosillas y típicas,
mientras íbamos alimentando nuestra visión de las bonitas suecas. Tras un tiempo dando vueltecillas por las calles indicadas decidimos ir a ver un edificio moderno representativo de la ciudad y diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava,
uno de los más importantes y prestigiosos del mundo. Como era la hora de comer, decidimos buscar algun sitio por allí cerca de la torre, pero lo único que encontramos fue un hipermercado donde compramos algo para "matar el hambre", el caso es que cuando íbamos a salir comenzó a llover. Alfonso y yo decidimos acercarnos a la Turning Torso, y le sacamos unas fotillos. Pero nos empapamos. Cuando volvímos al centro comercial donde nos esperaban Emilio, Anabel y Encarni, comenzaron los problemas. Debíamos volver al centro pero no teníamos cómo. Estaba lloviendo, el autobus necesitaba Coronas Suecas, y nosotros teníamos sólo Coronas Danesas, el cajero automático del centro comercial no funcionaba. Y ahí estuvimos largo tiempo debatiendo sobre como volver. Al final, Emilio decidió que nos hicieramos los tontos, (a algunos nos nos cuesta mucho trabajo) y tratar de subir al autobús pagando con Coronas Danesas. Y ahí que fuimos. Y tras hacer un poco la pantomima, el conductor nos permitió subir. Prueba superada. Una vez en el centro decidimos ir a comer algo y fuimos al "Burrikin"( para Alfonso), "Burger King" (para el resto de los mortales).




En el "Burrikin", además de unas camareras espectaculares, había un grupito de niñas con un niño afeminadete con los que nos estubimos riendo un poco. Poco después volvimos a la Estación Central y emprendimos nuestro viaje de vuelta a Copenhague. Por cierto, Suecia tiene un verde característico espectacular.

Al llegar a la resi vimos el partidito de mi Zaragoza, y despues de cenar unos macarrones cojonudos de Alfon, repito cojonudos, nos bajamos con unas birritas a la sala comun de la resi, donde nos juntamos con toda la fauna de estudiantes de diferentes países. La idea era ir a Christiania (ya hablaré más adelante sobre este espectacular lugar), de momento diré simplemente que es una especie de ghetto hippie que esta semana ha cumplido 36 años. Los americanos propusieron ir al Wall Steet, y allí que nos fuimos. Llegamos de aquellas maneras porque Johnny , un yanki muy genuino y un poco borracho, no sabía ir demasiado bien. Al final llegamos, pero echamos una pinta y nos fuimos todos a Christiania. Allí estubimos en un bar con buena pinta y buen rollito y luego estubimos por ahí viendola un poco...y eso...jeje.

Cuando ya íbamos muy "plegaos" nos fuimos los yankis Alfonso y yo a una pizzería/hamburguesería donde alimentamos nuestros hambrientos estómagos. Con un yanki durmiendose, y otros muy borrachos, nos las comimos y nos volvimos a la resi bastante perjudicados.

A mimir, que el cuerpo necesita calma...

Javier Velilla